«El Chiche
Vespolini era el menor de cinco hermanos, dos varones y dos mujeres. Su
verdadero nombre era Argentino, pero le decían así porque de chico era tan
lindo y simpático que se había convertido en “el chiche de sus hermanas”. Los
Vespolini se habían instalado en Mar del Plata a principios de 1900 y siempre
habían tenido hoteles y restaurantes. De su familia el chiche había heredado la
Trattoria Napolitana: el primer restaurante en el mundo en servir sorrentinos.
Los sorrentinos
eran una pasta redonda, rellena, que había inventado Umberto, el hermano mayor
del Chiche, bautizada en homenaje a la ciudad de sus padres. El sorrentino no
tenía el borde de masa de los pansotti, ni el relleno de carne de los
agnolotti, ni llevaba ricota como los cappelletti. Era una media esfera con
cuerpo, hecha con una masa secreta, suave como una nube, rellena de queso y
jamón.
De vez en cuando
aparecía alguien en la trattoria que tenía el mal gusto de preguntar, con
cierto aire superado: “¿El sorrentino no es lo mismo que un raviol pero redondo?”.
Ante esto, las mujeres de la familia ponían los ojos en blanco y los hombres se
reclinaban en sus sillas y resoplaban.»
Virginia Higa, Los sorrentinos. Buenos Aires: Sigilo,
2018.
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