«Atilio
está anclado en el patio de la
fábrica y nadie en el mundo lo hará mover de ahí porque Atilio es un navío que
no puede navegar un pícolo navío anclado en sus botines nadie lo hará mover al
anarquista ni los palos ni los tiros ni ese oleaje de insultos que lo levanta
como un barquito de papel en las manifestaciones nadie lo hará mover salvo el
pedido de sus compañeros vamos Atilio vamos a la calle vamos a enfrentar a la
Patronal y al Gobierno a los cosacos en la tormenta no tengas miedo Negra voy a
volver no me van a matar esos carajos no es la primera vez ni será la última y
cuando suenan los disparos él levanta la gorra como una bandera como un barquito
de papel no tengas miedo Negra cuidá al chico al Atilio que ya vuelto avanti
avanti popolo vamos vamos Atilio pará pará Atilio en orden en orden por favor
compañeros Atilio avanza con sus botines gruesos avanti avanti hijos del pueblo
canta caminos canta y viene caminando desde Calabria madre santa siempre camina
Atilio y es un barquito es un chico que tiene que darle de comer a los chanchos
el pan duro la mamma y el padre desangrándose camina Atilio camina en Buenos
Aires en el verano de 1919 es un barquito que no puede navegar un barquito de inmigrantes
que non podeva y a unos los desembarcaron en Norteamérica y a otros en Brasil y
él caminando por las calles de Barracas buscando a sus paisanos y encontrándose
con La Negra buena mujer aunque no sabe nada de política sabe hacerle
aspavientos caricias a su hijo eso sabe La Negra que lo recibe al fin de la
jornada puro insulto puro amor de La Negra gritándole parecés un delincuente y
el chico Atilio chico esperándote todo el día revoltoso revoltoso no quiero que
te maten non podeva non podeva explicar Atilio la marejada del mundo es
demasiado para él levanta la gorra grita avanti…»
Pedro
Orgambide, Pura memoria. Buenos
Aires: Brughera, 1985.
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