lunes, 27 de mayo de 2013

Lugar de tierra nuestra, de Mario Vecchioli (1975)



Pionero


«Porque la tierra no tenía límites,
la comparó con su esperanza.
Y oyendo el derredor de trinos, supo
que era su sangre misma que cantaba.

Sintió las hierbas en el aire,
bebió de un sorbo la total distancia…

Y, sin saberlo, comenzó a crecerse
en dimensión de hazaña.

Peleó la gesta como saben
pelearla los gigantes de su raza:
sembrándose en el viento,
hediéndose a labranza
para abrir rumbo a la semilla
que iba a volver multiplicada.

(Después de la cosecha, traería
la joven novia que dejó en Italia)

Un año y otro, y otros muchos años
arando surcos en la tierra vasta.
El tiempo, que también es chacarero,
se los aró en la cara.

Por último, la vida, en su constante
renovación de actores y programas,
lo retiró de escena.

Pero él aun sigue allí, en la pampa.

Dormido, abajo, en ese suelo
que se le hizo patria.

Despierto y prolongado, arriba,
en la robusta savia
de los ya grandes árboles plantados
con esa novia que llegó de Italia.»
                         
                          (Lugar de tierra nuestra, 1975)


Mario Vecchioli, Antología poética. Selección y estudio preliminar de Marta Zobboli y Mirtha Coutaz de Mascotti. Rafaela, Municipalidad de Rafaela, 1987.

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