miércoles, 12 de septiembre de 2018

Salero criollo, de José S. Álvarez (Fray Mocho) (1920)





«Hoy abrió el Ateneo su salón de pinturas. No puedo decirle nada todavía porque no me han dejado entrar ni a mí ni a ninguno de los que comemos en la “Cantina dil 20 di Settembro”. “La apertura, nos han dicho invariablemente, no es para el público grueso” y como nosotros formamos parte de éste, hemos comprendido la indirecta.
Yo, como aficionado, he visitado algunas casas de amigos pintores cuyas telas han sido rechazadas, razón por la cual, el estado de su ánimo no puedo decirle, ni mentir, que se placentero.
Don Antonio Pignatelli, conocido carbonero de la parroquia de Balvanera y hombre que es una notabilidad como preparador de tallarines y poseedor de vinitos italianos, –según puede atestiguarlo el señor comisario Temístocles obligado, el señor Fanor Ortiz, el que subscribe, el ex cura párroco de Santo Calamucciogargantano, Hermógenes Pircanchiculli, el poeta don Antonio Lamberti y otros sabios en la materia, –está con razón indignatísimo con el proceder del Ateneo.
Figúrese usted, para darse cuenta del disgusto de tan meritorio amigo, que él tiene un sobrinito que se llama Gaetano, criollo, y a quien, notando que le gustaba el dibujo, –pues cuando era chico no dejaba pared en la parroquia que no tomara por lienzo, habiendo merecido por esta razón más de cuatro pescozones y tirones de oreja, –no trepidó en dedicarle al bello arte.»

José S. Álvarez (Fray Mocho), Salero criollo. Buenos Aires: La cultura argentina, 1920.

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