«Y
eché a correr hacia la estación.
Ante
las barreras me detuve, aturdida por la repentina resolución.
El
monstruo se aproximaba ineludible, magnético. Pasó ante mis ojos y se hundió en
la noche. Su ráfaga marcó el instante del tajo con inexorable precisión.
Entré
en la estación y pedí un pasaje para Trieste.
-¿Ida
y vuelta? –me preguntó el empleado.
-Ida
solamente.
Esperé
el tren de las doce y cuarto que me llevaría a Trieste, la ciudad a la que
atracaban los barcos que zarpaban hacia América.
A
la noche siguiente estaría metida en uno de ellos.
Estaba
segura de mi llegada a América porque la culpa ya me hería el costado.
Cuando
tomé el tren, la nieve seguía cayendo.»
Poletti, Syria, «El tren de medianoche» en Línea de fuego. Buenos Aires: Losada,
1964.
Extraordinario cuento que acabo de leer y disfrutar (Antología Mi mejor cuento).
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