martes, 16 de junio de 2020

"La inmigración". Prosas, Leopoldo Lugones





«La vida cómoda, el salario elevado, la facilidad de instalarse en casa propia, adquiriendo consiguiente la nacionalidad, tornarán apetecible la emigración a nuestro suelo. La inmigración no es un fenómeno excéntrico, sino una función del mercado interno que la determina con su demanda remuneradora y la radica con sus ventajas permanentes. Como el hombre es la principal riqueza, el aumento de la población acarrea el del trabajo, el de la producción y el del consumo; explicándose con ello el bienestar creciente a medida que se puebla el país. Los servicios públicos y privados aumentan en proporción, sin que ocurra lo mismo con sus gastos; lo cual significa que ganan más y pueden compensar mejor el trabajo que necesitan. El mayor consumo, según díjelo ya, rebaja el precio de las mercancías; y la creciente densidad de la agrupación humana, permite asegurar con más facilidad a todos la vida cómoda y barata. Obsérvese, por ejemplo, los tranvías y ómnibus de las grandes ciudades. Cuando la acción atractiva del país sobre el hombre, y la acción productiva de éste sobre el país son recíprocas, la organización económica y social responde a su objeto que es el bienestar común. Detenida la inmigración, o compensada por el regreso, hace ya unos años, quiere decir que desde entonces nuestras cosas no andan bien. El país se puebla y de consiguiente progresa con demasiada lentitud. En la misma Buenos Aires esto no es así, respecto a las otras grandes ciudades del mundo.»

Leopoldo Lugones, Prosas. Edición y estudio de Marcos Mayer. Buenos Aires: Losada, 1992.


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