martes, 2 de abril de 2019

Crónica gringa y otras crónicas, de Jorge Isaías (2010)





«Una biografía.
Para Angélica Gorodischer

Para que mi cuerpo
ocupara un mínimo lugar
sobre el esplendor verde de esta pampa,
un intersticio vital bajo los soles
húmedos que tiene mi provincia,
debió pasar un tiempo largo.
Millares de inmigrantes tuvieron que cruzar
el fragoroso Atlántico, instalarse
en este Sur lleno de abrojos,
víboras, avestruces, ombúes y calandrias.
Los míos debieron sembrar todo este trigo
y fecundar a sus mujeres. Alzar sus casas
precarias y plantarle en el patio muchos árboles
y yo, debí admirar el color primario
de tantas madreselvas y el espacio abierto
con mi asombro. Atestiguar las faenas fatigosas:
arado, siembra, rastrojo y la vasta cosecha
en los diciembres.
Para que mi voz sonara humilde y firme,
debí perseguir cuises y pájaros
en la desidia infinita de la siesta;
robar melones, trepar todos los árboles
hurtando la miel de tantas brevas.

Debieron pasar montones de junios neblinosos
para que yo, Jorge Isaías me llamara.»

Jorge Isaías, Crónica gringa y otras crónicas, Rosario: Editorial Fundación Ross, 2010.

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