jueves, 22 de marzo de 2012

Mar de olvido, de Rubén Tizziani (1992)



“El viaje, el viaje. Il viaggio non finiva mai. Empezó tan atrás, en un lugar tan remoto, hubo en el medio tanto vacío llenado por la fábula, que al final sólo nos quedaron referencias confusas, testimonios enrarecidos por la distancia, el tiempo y la tristeza; sobre todo por la tristeza. Cuando uno extraña, algo cambia en los paisajes y en la gente, en algún alto del camino afloja el ánimo y se desliza una inadvertida falsedad, una mentira: error imperceptible al partir, que al llegar se hace enorme. Lo sé ahora que he visto la nostalgia de quienes, otra vez, siguen esperando el momento de volver. Pero ¿llegará la hora del regreso? ¿Aguardarán todavía los amenazantes fantasmas del ayer en el sitio añorado? ¿Es que, si al fin pisamos la tierra prometida, podremos aceptar que la historia sucedió, que ya está escrita?
Empedernido pueblo el mío, jugado entero en una pelea con el tiempo perdida de antemano. Se nos va la vida en la absurda apuesta de retener el pasado, de violentarlo para hacerlo presente, de conjurarlo a que reste, como si fuera posible que todo siga aconteciendo…”

Tizziani,
Rubén. Mar de olvido. Buenos Aires, Emecé, 1992.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.