Edmundo De Amicis (1846-1908), autor de la novela Corazón, fue, además de un
escritor popular preocupado por la educación y la formación del ciudadano
italiano, un incansable cronista de viajes y el testigo lúcido de los procesos
migratorios que desde su país se dirigían a Brasil, Uruguay y, más específicamente,
a Argentina. En 1884 un viaje a la Argentina signó su producción y la
representación de la emigración transatlántica que se impuso como modelo en la
literatura italiana y en el imaginario colectivo de este país. Sus libros
Sull'oceano e In America recogen sus experiencias y observaciones de la
emigración italiana en América del Sud y de los colones inmigrantes en la
“pampa gringa”.
Antes de la pampa argentina.
Edmundo De Amicis, además de
ser el autor de Cuore. Libro per ragazzi, fue un intelectual de
referencia en la cultura italiana por varias décadas, que adhirió al
Socialismo, muchas veces incomprendido por la crítica literaria. No se destacó
solamente en la literatura de corte pedagógico que contribuyó a la
nacionalización lingüística y cultural de los italianos, dentro y fuera de las
fronteras nacionales, sino también como periodista y como hombre comprometido
con la política, con la cultura y la historia de su nación, unificada después
de largas luchas por la independencia y en formación bajo el impulso del Risorgimento.
Su primera producción, de corte
periodístico-testimonial, se centraba en cuestiones pertenecientes al ámbito
militar y político. Su primer texto, publicado en 1869, fue el
reportaje-investigación L'esercito italiano durante il colera nel 1867, un
relato de la epidemia de cólera en el sur de Italia. De Amicis participó como
testigo, más que como soldado, en los hechos históricos de la Breccia di
Porta Pia, el 20 de setiembre de 1870, que determinó, con la toma de Roma
por parte de los soldados italianos, la anexión de esta ciudad al Reino de
Italia y el inicio de la “Cuestión Romana”, es decir, el conflicto entre Italia
y el Estado Pontificio que se prorrogó hasta la firma de los Pactos
Lateranenses en 1929. Los artículos en los que De Amicis relató la presa de Porta
Pia aparecieron inicialmente en periódicos y sucesivamente fueron reunidos
en su libro Impressioni di Roma, publicado en 1870 en Florencia, que era
entonces la capital del Reino de Italia.
Fue este el momento en el que
De Amicis decidió abandonar su carrera militar y dedicarse completamente a la
literatura, al periodismo y luego a la vida política con su adhesión
incondicional al Socialismo, de dominio público ya desde 1891. Abandonando ya
la línea militar-testimonial, vinculada con la Unificación de Italia, De Amicis
escribió varios libros que recogieron sus experiencias de viaje, y que nacieron
de su trabajo como periodista durante quince años ininterrumpidos: Spagna
(1873), Olanda (1874), Ricordi di Londra (1874), Marocco
(1876), Costantinopoli (1877-78). Antes de su libro más conocido, Corazón,
De Amicis publicó Poesie (1881), Ritratti letterari (1881), Gli
amici (1883).
Cuore. Libro per ragazzi, publicado en 1886, luego de
varios años de escritura y de maduración (al menos desde 1878) y de una
importante campaña publicitaria por parte de su editor Treves, signará un
cambio radical en la escritura y en la imagen de De Amicis, haciendo de él un
autor reconocido de un clásico de la literatura infantil, de un exitoso best-seller,
que en 1904 será “el libro más leído por el pueblo italiano”, y que en
Argentina será, en cierta medida, “censurado” y modificado en las traducciones
en Argentina, en el período que va de 1900 a 19401.
Con este libro, que alcanzó en 1906 la 300 reedición en Italia, De Amicis logró
colocar en el centro de la atención no solamente la literatura popular y la
producción literaria para la infancia sino principalmente un universo
idealizado y sentimental. De Amicis, a través de este “diario de un niño”,
contribuyó a la nacionalización lingüística de un italiano popular que,
derivando del toscano, se inscribió en la literatura, según fue propuesto
también por Alessandro Manzoni, el autor de I promessi sposi. Se impuso
con esta novela una especie de “religión de la patria”, por la difusiòn de una
imagen idealizada y virtuosa de la patria, apoyada en los individuos que se
formaban como ciudadanos. El título no remite exclusivamente al aspecto
sentimental de la formación, sino a la educación como “corazón” de la formación
nacional. La escuela es, pues, el corazón de la novela deamicisiana y es la primera vez en la literatura infantil
italiana que esto sucede. Antes de Corazón habían sido publicados en
1837 Il buon fanciullo di Cesare Cantù y Giannetto de Luigi
Alessandro Parravicini, pero es con Cuore y con Pinocchio. Storia di
un burattino de Carlo Collodi, publicada en partes entre 1881 y 1882, que
la literatura infantil en Italia alcanza el punto de máxima expresión,
vinculada con la formación nacional después de la unificación.
Edmundo De Amicis, mientras
planificaba y escribía la novela Corazón, viajó a la Argentina,
acompañado por el pintor Arnaldo Ferraguti, en 1884, precedido por su fama,
pues sus libros ya se encontraban en las librerías argentinas, traducidos,
desde 1879 al menos. Por ello había sido invitado por el diario “El Nacional”
de Buenos Aires, quien había costeado el pasaje y le había ofrecido la
posibilidad de dictar varias conferencias en Buenos Aires. Este viaje, por otra
parte, le permitió recoger información, como acordado con su editor milanés
Treves, para escribir un libro de viaje transatlántico, testimonio de la
emigración hacia Sudamérica en el período de mayor intensidad y flujos del
proceso migratorio italiano que tenía que titularse I nostri contadini in
America. En este viaje, además de entrar en contacto con la realidad de los
campesinos de todas las regiones de Italia que emigraban, pudo frecuentar una
élite intelectual, social y política argentina, entre los cuales pueden citarse
Lucio V. López (que recibió a De Amicis en Montevideo, antes de su desembarco
final en el puerto de Buenos Aires, como representante del gobierno argentino
entonces presidido por Julio A. Roca), Miguel Cané, Aristóbulo del Valle,
Alberto Navarro Viola, Eduardo Wilde, entre otros.
Fue
por estímulo e impulso de su editor Treves que finalmente en 1889 verá a la luz
su libro Sull'oceano, “ficcionalización” testimonial de su viaje por el
océano Atlántico desde el puerto de Génova hasta los puertos de Montevideo y
Buenos Aires, en la nave Nord-America que, en la novela, será bautizada como
Galileo. La primera edición en español será publicada en Madrid, por el editor
Agustín Jubera, en una traducción de Hermenegildo Giner de los Ríos, el difusor
y traductor histórico de la obra de Edmondo De Amicis en español, el mismo año
de publicación en italiano, con el título En el océano. Viaje a la Argentina,
acompañada de una carta-prólogo del autor por pedido del traductor. Otra edición
española, con las ilustraciones de Ferraguti, fue realizada por Espasa y
Compañía en Barcelona, con traducción de Cayetano Vidal de Valenciano. En
Argentina se publicará en 1909 en la Biblioteca de “La Nación”, colección muy
accesible a los lectores, sin indicación del traductor; y recientemente, en el
2001, en la Colección Histórica de la Librería Histórica de Buenos Aires en
traducción de Luciana Daelli y con prólogo de Roberto Raschella, autor de Diálogos
de los patios rojos (1994) y Si hubiéramos vivido aquí (1998),
novelas centradas en la inmigración italiana en Argentina. Esta novela de De
Amicis, como Cuore, fue un gran éxito editorial: en un año, a partir de
su primera publicación, se habían hecho dieciocho ediciones en Italia y para
festejar este acontecimiento editorial, Treves publicó en 1890 una edición de
lujo que contenía las 191 ilustraciones realizadas por Arnaldo Ferraguti,
quien, con su observación “fotográfica”, al igual que De Amicis, marcó el
imaginario y las representaciones colectivas de la emigración italiana,
especialmente transoceánica.
Esta
novela es un relato de la travesía por el océano en compañía de 1600 emigrantes
italianos, que se dirigían principalmente a Buenos Aires, mostrando en esas semanas de viaje no solamente las caracterizaciones más varias del tipo humano, de los emigrantes, sino el micro-universo, en un tiempo cerrado, en un espacio limitado, de la “miseria errante” de su patria. Los contrastes sociales, las diferencias de clases, las tensiones y las dificultades son descriptas y narradas bajo las perspectiva aguda y la observación precisa de De Amicis, quien sin dejar la caricatura, el humorismo y la tensión dramática y sentimental, deja de ofrecer un panorama amplio y complejo del fenómeno emigratorio y social de su país. La narración es también una reflexión político-social sobre los procesos migratorios que interesaron a Italia, nación apenas unificada y modelada según el Risorgimento. Por ello esta novela es una denuncia tanto de la hemorragia que sufrió Italia, como del fracaso de un proyecto político en el que fueron expulsados del país no solo los marginales y los campesinos analfabetas que solo veneraban la tierra y no la patria —concepto ajeno a ellos— sino también los viejos soldados garibaldinos, que habían luchado por la construcción de una patria que, como una madre ingrata e injusta, era ajena al sufrimiento de sus hijos. La narración de la travesía por el océano por parte de los emigrantes, completamente separados del resto de la tripulación, desmonta el mito de la unidad de Italia y de la formación de una patria. Quienes emigran, además, eran ajenos a comprender a Italia como una patria con la cual identificarse. La fragmentación lingüística y cultural, por regiones y por ciudades, hacía que Italia fuera un mosaico cuyas piezas no siempre encontraban una unidad, no obstante la retórica patriótica que había acompañado la campaña de unificación italiana. La amenaza constante del naufragio que acompañaba siempre las travesías ultramarinas en esta novela se vuelve metáfora del fracaso de un proyecto político y de una épica risorgimentale. El terror por el naufragio, los ritos de pasaje, los saltos dolorosos, las muertes, las enfermedades, las desventuras, van constelando el relato de esta travesía y delimitando un espacio narrativo que deviene modelo literario vinculado con la emigración. La perspectiva socialista de De Amicis conjuga la piedad humanística, de corte pascoliano, con la denuncia descarnada según el modelo impuesto por Zola. Así, el desembarco de los emigrantes, ya concluyendo el viaje, funciona elípticamente como un balance político y social en el que el resultado final, doloroso, evidencia un fracaso y el éxodo, no siempre silencioso, que significa la emigración:
italianos, que se dirigían principalmente a Buenos Aires, mostrando en esas semanas de viaje no solamente las caracterizaciones más varias del tipo humano, de los emigrantes, sino el micro-universo, en un tiempo cerrado, en un espacio limitado, de la “miseria errante” de su patria. Los contrastes sociales, las diferencias de clases, las tensiones y las dificultades son descriptas y narradas bajo las perspectiva aguda y la observación precisa de De Amicis, quien sin dejar la caricatura, el humorismo y la tensión dramática y sentimental, deja de ofrecer un panorama amplio y complejo del fenómeno emigratorio y social de su país. La narración es también una reflexión político-social sobre los procesos migratorios que interesaron a Italia, nación apenas unificada y modelada según el Risorgimento. Por ello esta novela es una denuncia tanto de la hemorragia que sufrió Italia, como del fracaso de un proyecto político en el que fueron expulsados del país no solo los marginales y los campesinos analfabetas que solo veneraban la tierra y no la patria —concepto ajeno a ellos— sino también los viejos soldados garibaldinos, que habían luchado por la construcción de una patria que, como una madre ingrata e injusta, era ajena al sufrimiento de sus hijos. La narración de la travesía por el océano por parte de los emigrantes, completamente separados del resto de la tripulación, desmonta el mito de la unidad de Italia y de la formación de una patria. Quienes emigran, además, eran ajenos a comprender a Italia como una patria con la cual identificarse. La fragmentación lingüística y cultural, por regiones y por ciudades, hacía que Italia fuera un mosaico cuyas piezas no siempre encontraban una unidad, no obstante la retórica patriótica que había acompañado la campaña de unificación italiana. La amenaza constante del naufragio que acompañaba siempre las travesías ultramarinas en esta novela se vuelve metáfora del fracaso de un proyecto político y de una épica risorgimentale. El terror por el naufragio, los ritos de pasaje, los saltos dolorosos, las muertes, las enfermedades, las desventuras, van constelando el relato de esta travesía y delimitando un espacio narrativo que deviene modelo literario vinculado con la emigración. La perspectiva socialista de De Amicis conjuga la piedad humanística, de corte pascoliano, con la denuncia descarnada según el modelo impuesto por Zola. Así, el desembarco de los emigrantes, ya concluyendo el viaje, funciona elípticamente como un balance político y social en el que el resultado final, doloroso, evidencia un fracaso y el éxodo, no siempre silencioso, que significa la emigración:
“No
acababan de pasar nunca, como si se hubieran duplicado durante la noche.
Familias y más familias, muchachos y más muchachos, caras de ciudad y del
campo, de la alta y de la baja Italia, figuras de gente honrada, de
contrabandistas, de enfermos, de ascetas, de viejos soldados, de mendigos, de
rebeldes, corriendo con más furia cada vez, como si les apremiara el terror de
no llegar á tiempo para encontrar su parte de tierra ó de pan en América.
¡Oh,
qué desfile de miseria tan interminable! Y sin poder sujetar la imaginación,
veníanseme á las mientes con obstinación y como por escarnio, al ver tanta
miseria hambrienta, las llamaradas patrióticas de la gente ociosa, de los bien
acomodados y de los ilusos, vociferando con entusiasmo carnavalesco por las
plazas de Italia llenas de banderas y de esplendores. La humillación que sentía
hacíame apartar la vista de mis compañeros de viaje extranjeros, cuyas
afectadas exclamaciones de compasión y de estupor llegaban á mis oídos como
injurias á mi país. No cesaban, entretanto, de pasar andrajosas y tristes
miserias, mujeres macilentas y criaturas sin patria: desnudeces, vergüenzas y
dolores. El espectáculo duró media hora, que me pareció eterna.”2
Hay
otros textos que recogen la experiencia de De Amicis en Argentina además de
esta novela que originó el “subgénero” literario de la emigración. En Corazón,
por ejemplo, encontramos el cuento mensual “De los Apeninos a los Andes”, la
historia del niño que, desde Génova, viajó a Buenos Aires, Córdoba, Rosario y,
por último, Tucumán, buscando a su madre, emigrada, y de este modo heroico le
salva la vida. Este cuento es un clásico que, como sostiene Degiovanni,
permitió al lector en Argentina, especialmente a aquel vinculado con la
inmigración, “reconocer en esa historia los fragmentos de su propia biografía —o
la de sus familiares y amigos—, y recobrarla con matices heroicos”3. Otro texto literario de De Amicis
vinculado con la inmigración italiana es su poesía “Gli emigranti”, publicada
en su libro Poesie, del 1881, que funciona como una especie de himno de
despedida a los emigrantes en el momento en el que parte la nave del puerto,
escrita, sin embargo, antes de su viaje a Argentina.
Fundamentales
son los artículos de “impresiones” que escribió a partir de su viaje a Sudamérica, publicados en Italia entre 1884 y 1885 en varios periódicos, como L'Ilustrazione
Italiana y L'ilustrazione Universale. El primer libro que recoge
estos artículos no fue publicado ni en Italia ni en Argentina, sino en España,
gracias al empeño de Giner de los Ríos, su traductor histórico. El libro,
impreso en Madrid en 1889, en la casa editorial de Agustín Jubera, lleva el
título Impresiones de América: acuarelas y dibujos. Diferente es la
edición publicada recién en 1897 en Roma por Enrico Voghera en la “Piccola
collezione Margherita”. Este libro, que se titula simplemente In America, recoge
solamente tres artículos: “Quadri della Pampa”, “I nostri contadini in America”
y “Nella baia di Rio Janeiro”. Se trata, entonces, de dos “antologías” o
“compendios” diferentes. En Impresiones de América, Giner de los Ríos
reunió trece artículos de De Amicis:
“Cuadros de las Pampas”, “A los niños del Río de la Plata”, “Los
italianos en Argentina”, “¡Patria (en la bahía de Río Janeiro)! Acuarelas de
niños y jóvenes”, “Manicomio de enseñanza”, “Los cómicos y los chicos”, “El
librero de los niños”, “La escuela de caballería”, “Reválida de maestras.
Retratos de hombres”, “Un dramaturgo patibulario”, “El capitán Bove,
explorador”, “Un poeta provincial: Arnulfi” y “Los defensores de los Alpes”. Si
la novela-testimonial Sull'oceano es el relato de la emigración y de la
travesía de los emigrantes desde el puerto de Génova hasta el de Buenos Aires,
estos artículos, reunidos en Impresiones de América y en In America,
son la descripción y la narración de los inmigrantes, ya instalados en el
“nuevo mundo”, integrados en colonias, integrando a su mundo al poeta que viaja
por esas tierras. La visión que ofrece De Amicis es, pues, diferente, porque
aquí la impresión no es la de la miseria sino la de la laboriosidad. La vida de
los colonos se mueve, entre sacrificios con la esperanza de una recompensa a
los esfuerzos. El mundo rural se extiende en medio de la pampa, extensa e
infinita como otro mar en el cual se mueven los viajeros y, sobre todo, la
mirada de De Amicis. La pampa deviene así otro personaje de estos relatos, de
estas “impresiones” como tituló Giner de los Ríos, y en ella se mueven los
gauchos, arquetipos de la misma pampa. La frontera resulta otro sujeto más de
este relato en el que la maravilla es el motor de los descubrimientos. La
redención de los emigrantes míseros radica en su transformación en colonos
pues, con dignidad, representan las virtudes del italiano más allá de las
fronteras políticas, definiendo así la identidad colectiva de una nación y
recuperando, por tanto, los ideales políticos del Risorgimento. La
pobreza es también redimida, como puede leerse en la descripción que ofrece de
una mujer —de una madre, como Italia— que reúne alrededor suyo a sus hijos,
nacidos en las dos orillas del Atlántico:
“Aquella
pobre labradora italiana, vista desde lejos con un niño en brazos nacido en el
Paraná; con otros hijos alrededor nacidos en Italia; delante de aquella pobre
cabaña solitaria sobre la cual ondeaba la bandera italiana en medio de las
indefinidas pampas de América, representaba para nosotros el amor de patria y
la santidad de familia en la forma más poéticamente dulce, triste y solemne que
pueda concebir la mente humana.”4
El
sol de América y el último saludo de Italia
Si
los artículos escritos por De Amicis son un testimonio válido de la vida en las
colonias, su novela Sull'oceano es la más representativa de toda la
literatura italiana sobre la emigración y, como tales, son altamente
significativos para comprender aún más ciertos procesos sociales que
interesaron la formación de la identidad nacional argentina. La última imagen
de la novela representa el augurio positivo frente a la emigración, gracias a
la generosidad de la nueva madre, la Argentina que acoge a los desterrados.
1 Para el estudio de la recepción —la censura, las adaptaciones y las traducciones—
de Corazón en Argentina, en las primeras cuatro décadas del siglo XX,
cfr. el libro de Valeria Sardi, Políticas y prácticas de lectura. El caso
Corazón de Edmundo De Amicis, (Miño y Dávila, 2011). La censura de este
libro en Argentina se debió a un proceso de nacionalización en contraste con la
celebración de la identidad nacional italiana propuesta en la novela. Ricardo
Rojas en La restauración nacionalista (1909), informe sobre la
educación europa y norteamericana en el
que proponía una reforma de la educación nacional, señaló que “usábase en todas
[las escuelas], como texto de lectura, el Cuore de D'Amicis, libro
excelente como literatura infantil y didáctica, pero hecho para Italia, de
suerte que se había dado el caso de un niño argentino que hablaba
fervorosamente de la bandera tricolor, y elogiaba patrióticamente el
heroísmo de los soldados sardos”. Cuore fue reemplazado por Recuerdos
de provincia de Sarmiento, ante la falta de otro material didáctico
adecuado (p. 245, La Plata, UNIPE, Editorial Universitaria, 2010).
2 Final del capítulo XX “En el
Río de la Plata”, traducción de 1909, en Buenos Aires, pp. 338-339.
3 Degiovanni, Fernando, Los
textos de la patria. Nacionalismo, políticas culturales y canon en Argentina. Rosario:
Beatriz Viterbo Editora, 2007, p. 105.
4 De Amicis, Edmundo, Impresiones
de América: acuarelas y dibujos. Traducción de H. Giner de los Ríos.
Madrid: Agustín Jubera, 1889, p. 63.
*Bravo Herrera, Fernanda Elisa, “Edmondo De Amicis en Argentina” en Claves. Salta: abril, Año XXIII, N° 228, 2014, pp. 12-13. Publicado también en: La Gazeta del Progreso. Periódico del Club del Progreso. Año 3. http://gazetaprogreso.com.ar/?page_id=2039 [Recuperado Agosto de 2014].
Ilustraciones de Arnaldo Ferraguti.
*Bravo Herrera, Fernanda Elisa, “Edmondo De Amicis en Argentina” en Claves. Salta: abril, Año XXIII, N° 228, 2014, pp. 12-13. Publicado también en: La Gazeta del Progreso. Periódico del Club del Progreso. Año 3. http://gazetaprogreso.com.ar/?page_id=2039 [Recuperado Agosto de 2014].
Ilustraciones de Arnaldo Ferraguti.
Super interesante. Fernanda, gracias!!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Ana!
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