"Entre el fracaso y la risa" [1]
Fernanda Elisa Bravo Herrera
En la novela Emigrati. Studio e racconto, Antonio Marazzi [2] relata el viaje circular de un par de emigrantes -en cierta medida quijotescos- en tres volúmenes, cuyos títulos anuncian la instancia del desplazamiento. Es decir que esta novela se estructura en tres grandes partes, correspondientes a macrosecuencias fuertemente delimitadas por el movimiento del viaje y por el espacio geográfico-cultural. El primer volumen, “Dall’Europa in America” presenta al dúo de emigrantes, las motivaciones que los llevaron a emigrar a la Argentina, las peripecias del viaje. El segundo volumen, “In America”, narra las aventuras de estos “héroes” en diferentes lugares, no sólo de la Argentina, sino también del Brasil. El tercer volumen, “Dall’America in Europa”, concentra su relato en el viaje de regreso a Italia, y el reencuentro con los paisanos y con los propios espacios.
Esta novela se construye desde la pluralidad discursiva, ya que en ella se inscriben diferentes tipos de discursos que van del histórico al sociológico, del literario al estadístico, en un estilo que oscila entre el político, el literario y el enciclopédico. Las diversas y contrapuestas posiciones ideológicas que participaron en el debate en torno a la emigración también se encuentran en esta novela, contradiciéndose, sucediéndose. Es así que puede reconocerse la denuncia social, el antiemigracionismo, el optimismo colonialista, la confianza en las instituciones políticas. La complejidad del texto determina igualmente la variedad de isotopías que permiten reconstruir, por ejemplo, el estado social de la emigración italiana en la Argentina en la década del 1870 -año de la unificación italiana-, la vida en las colonias, los programas políticos de los gobiernos argentino e italiano, en fin, los conflictos vinculados con la emigración y con las alteridades. Son muchas las contradicciones presentes en este texto, ya que, por una parte, se valoriza a la emigración como derecho individual pero también se la descualifica como un destierro forzado que conduce al fracaso y a innumerables peripecias y peligros; por otro lado, se muestra cómo el gobierno argentino incentivaba discursivamente la inmigración para favorecer la realización del programa sarmientino de civilización, pero no resolvía o inclusive creaba dificultades y oposiciones efectivas, aún de orden institucional, que impedían ese proyecto.
Esta novela se construye desde la pluralidad discursiva, ya que en ella se inscriben diferentes tipos de discursos que van del histórico al sociológico, del literario al estadístico, en un estilo que oscila entre el político, el literario y el enciclopédico. Las diversas y contrapuestas posiciones ideológicas que participaron en el debate en torno a la emigración también se encuentran en esta novela, contradiciéndose, sucediéndose. Es así que puede reconocerse la denuncia social, el antiemigracionismo, el optimismo colonialista, la confianza en las instituciones políticas. La complejidad del texto determina igualmente la variedad de isotopías que permiten reconstruir, por ejemplo, el estado social de la emigración italiana en la Argentina en la década del 1870 -año de la unificación italiana-, la vida en las colonias, los programas políticos de los gobiernos argentino e italiano, en fin, los conflictos vinculados con la emigración y con las alteridades. Son muchas las contradicciones presentes en este texto, ya que, por una parte, se valoriza a la emigración como derecho individual pero también se la descualifica como un destierro forzado que conduce al fracaso y a innumerables peripecias y peligros; por otro lado, se muestra cómo el gobierno argentino incentivaba discursivamente la inmigración para favorecer la realización del programa sarmientino de civilización, pero no resolvía o inclusive creaba dificultades y oposiciones efectivas, aún de orden institucional, que impedían ese proyecto.
La “excepcionalidad” de esta novela de Marazzi se debe a su registro satírico, ya que la comicidad no era el sistema desde donde problematizar y hablar de un fenómeno doloroso y polémico como la emigración en la literatura italiana. Además, la risa y lo cómico en Italia habían sido marginados por la cultura oficial y “alta” a favor del discurso serio y de sufrimiento. En Emigrati, el humor permite trazar un recorrido de lectura tendiente a invertir el proceso de identificación social de los lectores con los emigrantes, pues éstos se configuran como antihéroes ridículos, imperfectos y risibles. Existe, de esta manera, a través de la narración de las peripecias del dúo cómico de emigrantes, un trabajo persuasivo basado en la catarsis cómica, y reforzado argumentativamente por la autoridad moral del narrador quien, además de reflexionar sobre la situación de los emigrantes italianos en América y sobre la emigración en general, expone y despliega el plurilingüismo anteriormente señalado, a fin de descualificar e impedir la emigración. De esta manera, este texto adquiere, por sus fines extratextuales antiemigracionistas, un carácter didáctico y político-social activo.
El análisis del fenómeno emigratorio italiano y la evaluación de la Argentina y de sus condiciones socio-políticas y económicas refuerzan la postura antiemigracionista y la denuncia de las injusticias que padecen los emigrantes, sea en el país de origen como en el de destino. El aspecto social constituye, por esto, uno de los pilares en los que se apoya la posición antiemigracionista de esta novela, que recurre, además, a estrategias discursivas pertenecientes a una estética del horror, de la piedad que, sin embargo, no alcanzan los niveles de otras producciones literarias sobre la emigración, circulantes en el siglo XIX. La voz narrativa ironiza y toma distancia de ese “modelo” literario que presentaba en un esquema fijo el inicio disfórico y dificultoso de los emigrantes y el final positivo y eufórico, ya que lo invierte mostrando el inicio triunfal, pero engañoso, de los emigrantes en la Argentina, seguido por un final completamente negativo marcado por la pobreza, la mutilación física, el embrutecimiento, el trabajo inútil y perdido, la deshonra y la vergüenza pública al regresar al pueblo nativo derrotados y engañados por la política emigracionista. La emigración, desde los espacios gubernamentales y políticamente institucionalizados, se visualiza como una traición a la patria y como consecuencia de la ignorancia de los campesinos que son explotados.
La interpelación antiemigracionista propone situaciones cómicas en las cuales el emigrante desprevenido e ignorante es rechazado por la risa y se transforma en un anti-modelo para prescribir y censurar los errores. El sujeto de la enunciación se erige desde el principio de superioridad y de distanciamiento, y la risa, al castigar las costumbres, es decir, la emigración y los emigrantes, se modeliza desde la sátira política. De esta forma, lo cómico conduce al proceso de des-identificación por medio de la inversión irónica y de la caracterización ridícula de los emigrantes, especialmente de Codazzi. La inicial “preeminencia social” con la que se había presentado irónicamente a este personaje se transforma paulatinamente en caída y en deshonra, por su inadecuación, su ignorancia, su debilidad. Es así que algunas de las situaciones cómicas en las cuales es protagonista Codazzi, la risa se produce por las confusiones lingüísticas y culturales que provoca este emigrante al tratar de imponer su horizonte simbólico en América, produciendo, con ello, la ruptura y el fracaso de las expectativas y de los modelos narrativos de emigración o de aventura. El fracaso de los emigrantes y la inversión del programa utópico “fare l’America” por “fare la miseria” se apoyan no sólo en la acumulación narrativa de las desventuras y desgracias de Codazzi y Silvestro, sino también en el esquema corporal, ya que ambos regresan mutilados a Italia. Por ello, el consejo final de Codazzi a sus paisanos de emigrar con tres piernas y tres ojos es cómico en su imposibilidad y persuasivamente anti-emigracionista. La emigración es, por tanto, mutilación, y el viaje, un salto al vacío que conduce a la muerte y al desastre.
El análisis del fenómeno emigratorio italiano y la evaluación de la Argentina y de sus condiciones socio-políticas y económicas refuerzan la postura antiemigracionista y la denuncia de las injusticias que padecen los emigrantes, sea en el país de origen como en el de destino. El aspecto social constituye, por esto, uno de los pilares en los que se apoya la posición antiemigracionista de esta novela, que recurre, además, a estrategias discursivas pertenecientes a una estética del horror, de la piedad que, sin embargo, no alcanzan los niveles de otras producciones literarias sobre la emigración, circulantes en el siglo XIX. La voz narrativa ironiza y toma distancia de ese “modelo” literario que presentaba en un esquema fijo el inicio disfórico y dificultoso de los emigrantes y el final positivo y eufórico, ya que lo invierte mostrando el inicio triunfal, pero engañoso, de los emigrantes en la Argentina, seguido por un final completamente negativo marcado por la pobreza, la mutilación física, el embrutecimiento, el trabajo inútil y perdido, la deshonra y la vergüenza pública al regresar al pueblo nativo derrotados y engañados por la política emigracionista. La emigración, desde los espacios gubernamentales y políticamente institucionalizados, se visualiza como una traición a la patria y como consecuencia de la ignorancia de los campesinos que son explotados.
La interpelación antiemigracionista propone situaciones cómicas en las cuales el emigrante desprevenido e ignorante es rechazado por la risa y se transforma en un anti-modelo para prescribir y censurar los errores. El sujeto de la enunciación se erige desde el principio de superioridad y de distanciamiento, y la risa, al castigar las costumbres, es decir, la emigración y los emigrantes, se modeliza desde la sátira política. De esta forma, lo cómico conduce al proceso de des-identificación por medio de la inversión irónica y de la caracterización ridícula de los emigrantes, especialmente de Codazzi. La inicial “preeminencia social” con la que se había presentado irónicamente a este personaje se transforma paulatinamente en caída y en deshonra, por su inadecuación, su ignorancia, su debilidad. Es así que algunas de las situaciones cómicas en las cuales es protagonista Codazzi, la risa se produce por las confusiones lingüísticas y culturales que provoca este emigrante al tratar de imponer su horizonte simbólico en América, produciendo, con ello, la ruptura y el fracaso de las expectativas y de los modelos narrativos de emigración o de aventura. El fracaso de los emigrantes y la inversión del programa utópico “fare l’America” por “fare la miseria” se apoyan no sólo en la acumulación narrativa de las desventuras y desgracias de Codazzi y Silvestro, sino también en el esquema corporal, ya que ambos regresan mutilados a Italia. Por ello, el consejo final de Codazzi a sus paisanos de emigrar con tres piernas y tres ojos es cómico en su imposibilidad y persuasivamente anti-emigracionista. La emigración es, por tanto, mutilación, y el viaje, un salto al vacío que conduce a la muerte y al desastre.
[1] Fragmento modificado y abreviado perteneciente al artículo "La emigración italiana en la Argentina entre el fracaso y la epopeya: Emigrati de Antonio Marazzi e I Roscaldi de Nella Pasini” en Boletín de Literatura Comparada. Número especial “Literatura de viajes”, Homenaje a Nicolás J. Dornheim. Mendoza: Centro de Literatura Comparada, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Año XXVIII – XXX, 2003 – 2005, 2006, pp. 75 – 85.
[2] Marazzi,
Antonio, Emigrati. Studio e
racconto. Vol. I “Dall’Europa in America”, Vol. II “In America”, Vol. III
“Dall’America in Europa”. Milano: Dumolard, 1880- 1881.
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