miércoles, 27 de abril de 2016

"Italia en la formación de un chico" de Carlos Mastronardi (1973)




“Como tantos hijos de aquellos italianos cuyo destino se cumplió en esta tierra, el influjo de mis antecesores gravitó resueltamente sobre el chico que fui alguna vez, por mucho que el ámbito nada tuviera de peninsular. Ese ámbito era el de Entre Ríos o, más precisamente, el de Gualeguay, ciudad chica o pueblo grande cuya edad pronto alcanzará los dos siglos. Allí como escondido en esplendores y siempre acechado por los cielos y las calmosas aguas, se grabaron mis primeras experiencias que, siquiera por vía emocional o afectiva, incluyen a Italia.
No me mueve el propósito de narrarme ni me ofrezco a la curiosidad del lector, pero como soy la suma de las impresiones que en mí genera el mundo, pienso que éstas me determinaron de manera profunda. La cultura italiana es parte de ese remoto acervo. Sin embargo, en función del tiempo que recuerdo, tiempo en que todo es mágico y fabuloso, más bien debería referirme al tierno asombro que en mí promovía la imaginada Italia. Más que de ‘cultura’, palabra que lleva algún sabor artificioso, máxime cuando evoco años de infancia, cabría hablar de pasmo admirativo o de prodigioso encanto. No otras son las direcciones del ánimo en el chico, para quien todo se vuelve descubrimiento feliz, pues comienza a sospechar que el mundo es numeroso y diverso.
En la tranquila Gualeguay, en una época reposada, cuando aún no se quería manejar al tiempo, transcurrió el suave período que intento rescatar. En la región cuya cabecera es dicha ciudad, y también en zonas vecinas, mi padre cumplía sus tareas de agrimensor. Señalo estos hechos mínimos para subrayar que, en virtud de su profesión, los libros más visibles en su escritorio eran los de matemáticas. Es natural y explicable que la tabla de logaritmos y los áridos manuales de Geodesia ocuparan el primer plano. Tras ese plano evidente se escondía el ‘segundo mundo’ de la biblioteca paterna. Los estantes más lejanos excluían el lenguaje impersonal de los guarismos y los teoremas, ya que estaban casi enteramente dedicados a las letras italianas.
Nuestro padre nos adoctrinaba con ánimo jovial, encabezando a veces la festiva columna que formábamos los cinco hijos alineados con marcialidad risueña. Por entonces, en razón de nuestra corta edad, todo respondía a una suelta voluntad de juego. El agrado desplazada a la rígida coerción escolar. En fila y a paso de marcha, con unos pintados jalones al hombro –elementos de trabajo del progenitor– recorríamos el patio entonando aires militares italianos. Puesto que se trataba de un desfile, nada mejor que acompañarlo con marchas. Sólo recuerdo aquella despedida, para nosotros alegre, de quien debe partir para la guerra:
Addio, biondina, addio,
che la armata se ne va…
El padre mandaba la diminuta legión y proponía la letra, pues su empeño no era otro que enseñarnos, como al descuido, su idioma patrio. En lo que respecta a juguetes, aparate del teodolito y los sextantes, me divertían ciertas pequeñas armazones de cartón coloreado que reproducían algunas bellezas arquitectónicas de Florencia. Solía llevarlas al campo para armarlas, mientras mi padre cumplía su trabajo junto a los paisanos que lo ayudaban a tender las cintas métricas y que le conocían por ‘el mensurero’. Tanto como esos cartones pueriles, aquellos viajes tenían para mí la seducción de la aventura.”



Fragmento de “Italia en la formación de un chico”, de Carlos Mastronardi en Revista Lyra. Número-homenaje a Italia. Año XXXI, N° 225-27, 1973.

Sulla memoria, Conversazione con Umberto Eco. Regia di Davide Ferrario (2015)


~ Parte 1 ~



~ Parte 2 ~



~ Parte 3 ~




La Divina Comedia, Siete noches, Conferencia de Jorge Luis Borges (1980)


Conferencia de Jorge Luis Borges sobre la Divina Comedia.

Teatro Coliseo de Buenos Aires, junio de 1977.



"Italia", de Jorge Luis Borges (1961)


“En Roma se reconcilian y se conjugan la pasión dialéctica del griego y la pasión moral del hebreo; el monumento estético de esa unión de las dos direcciones del espíritu se llama la Divina Comedia. Dios y Virgilio, la triple y una divinidad de los escolásticos y el máximo poeta latino, traspasan de luz el poema. Esta armonía de la antigua hermosura y de la nueva fe es una de las múltiples razones que hacen de Dante el poeta arquetípico de Italia y, por ende, de todo Occidente”.



Jorge Luis Borges, “Italia” en revista Lyra, Buenos Aires, Año XIX, N° 180-182, 1961.


Nueve ensayos dantescos, de Jorge Luis Borges (1982)


“Declina el día, se fatiga la luz y, a medida que nos internamos en el grabado, comprendemos que no hay cosa en la tierra que no esté ahí. Lo que fue, lo que es y lo que será, la historia del pasado y la del futuro, las cosas que he tenido y las que tendré, todo ellos nos espera en algún lugar de ese laberinto tranquilo... He fantaseado una obra mágica, una lámina que también fuera un microcosmo; el poema de Dante es esa lámina de ámbito universal.”
Jorge Luis Borges, Nueve ensayos dantescos (1982).





Domenico di Michelino, “Dante y su poema” (1465). 
Catedral de Santa Maria del Fiore, Florencia.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Conferencia de Erri De Luca en la UNTREF (streaming)



La Maestría en Escritura Creativa de la UNTREF invita a ver en vivo, vía streaming, la conferencia del escritor italiano Erri De Luca:

“Encuentro con un narrador de paso”

Fecha y Lugar: 16 de marzo - de 18 a 21 hs.
Sede Rectorado Centro
Juncal 1319
C.A.B.A.


Organizan: Serie de Lecturas FROST - Maestría en Escritura Creativa UNTREF - Instituto Italiano de Cultura - Embajada de Italia, Universidad Nacional de Tres de Febrero

domingo, 14 de febrero de 2016

Entrevista, Municipalidad de Salta

Entrevista realizada a Fernanda Bravo Herrera
por la Municipalidad de Salta en ocasión de las conferencias
de la Prof. Rosa Maria Grillo
(Università degli Studi di Salerno, Italia)
en la Ciudad de Salta (3 de setiembre de 2015).