Lejanía
Mirar hacia delante
y ver la imagen del agua
que se yergue y avanza.
Pulsar la aventura de la sangre
pero no desangrarse;
porque la lejanía es otro abismo
donde también se cae,
como si la espesura de la luz
que se percibe a lo lejos
fuera un pozo profundo
un agujero colgando de los ojos
que no termina nunca.
O que termina siempre en un portón
detrás del cual ya no importa qué hay.
Antonio Aliberti, Límites posibles. Buenos Aires: Fundación Argentina para la Poesía,
1983.
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