«Casi
todas deseaban volver al país natal antes de morir, al menos una vez, una vez
sola para volver á ver al padre, la madre, el pueblo, aquel ángulo del
cementerio, aquellos valles, las montañas aquellas. Y no puede definirse la
expresión de aquella larga mirada con la cual nos despedían; un adiós mudo,
lleno de ternura y de tristeza, de la que ciertamente no éramos nosotros el
objeto; pero que, por lo mismo, aun nos conmovía más. Algunas, en fin, por
delicado instinto, empujaban á los niños hacia nosotros para que nos auguraran
feliz viaje, diciendo: —Da un beso á este señor, que vuelve á nuestro país.— Y
salían fuera de la puerta para vernos marchar.
Aquella
pobre labradora italiana, vista desde lejos con un niño en brazos nacido en el
Paraná; con otros hijos alrededor nacidos en Italia; delante de aquella pobre
cabaña solitaria sobre la cual ondeaba la bandera italiana en medio de las
indefinidas pampas de América, representaba para nosotros el amor de patria y
la santidad de familia en la forma más poéticamente dulce, triste y solemne que
pueda concebir la mente humana.»
De
Amicis, Edmundo, “Los italianos en la Argentina”, en Impresiones de América: acuarelas y dibujos. Traducción al italiano
de Hermenegildo Giner de los Ríos. Madrid: Agustín Jubera editor, 1889.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.