«Había un sauce cerca: ramas colgantes, quietas, hojas traspasadas por el sol y de un color tan tierno que hubiesen bastado para hacerla sentir bien. También ahí reconoció, rodeándola, señales y formas familiares. Pero, igual que otras veces, sintió que no eran las que había esperado encontrar. Nunca lo eran del todo. Las que habían crecido en su memoria, alimentadas por los largos años de ausencia, tenían una intensidad y una intimidad de las que éstas siempre carecían. Después de los días pasados recorriendo las calles y los alrededores de Trani, subsistía entre ella y las cosas una barrera que le impedía acercarse, que la rechazaba, colocándola al borde, afuera, condenándola a una forma de soledad.»
Antonio Dal Masetto, La
tierra incomparable. Buenos Aires: Sudamericana, 1994.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.