«Y
en medio de la noche, como un desafío, los gringos reunidos a bordo cantaron en
coro las canciones de la tierra lejana, frente a la ciudad que no había cantado
nunca. Muchos años después, los santafesinos –que habían dormido siempre– recordaban
que aquella noche no habían podido atrapar el sueño porque sobre el campanario
de las iglesias donde revoloteaban los murciélagos y vozneaban las lechuzas,
había pasado, libre y cándido, el canto de los gringos en un vuelo augural
hacia el desierto.»
Agustín
Zapata Gollan, Las puertas de la tierra. Santa
Fe: Universidad Nacional del Litoral, 1937.
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