sábado, 29 de noviembre de 2014

El sueño casi imposible, de Mario Vecchioli (1974)

                                     

El arribo


 El ir hacia la tierra
demanda sacrificios. Para muchos
es un penoso retardar los días
en múltiples tareas de mendrugo.

Pero la fe los guía.
y una ilusión de trigos rubios
les va acuñando, adentro, las monedas
del buen augurio.

De pueblo en pueblo. Fatigados.
Disperso ejército minúsculo
siempre porfiando hacia la meta,
tenaces y seguros.

La pampa, de repente,
es una lágrima de júbilo.

Delante de ella, sienten
que los atrapa su salvaje embrujo,
que en la amistad del aire
hay como un cálido saludo,
que la infinita tierra los convoca
desde su fondo oscuro,
que todo, en torno, los envuelve
en su afectuoso rústico.

Comprenden que ese es el Canaán soñado
para volcar su potencial de músculos
y alzar el techo y proyectar los hijos.
Por eso, conmovidos, taciturnos,
miden el tiempo que dejaron lejos,
el tiempo que vendrá alabando el surco.

Y escuchan ya, cómo en su sangre
la voz del sueño que trajeron juntos
los predestina y funda en esa tierra
para el amor definitivo y último.


Mario Vecchioli, El sueño casi imposible, 1974 [en Antología poética. Selección y estudio preliminar de Marta Zobboli y Mirtha Coutaz de Mascotti). Rafaela: Municipalidad de Rafaela, 1987].

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